Las temperaturas van en aumento y ya va siendo hora de poner a punto el coche para los viajes de este verano. Uno de los elementos que más se usa (habitualmente y mal) y sufre riesgo de desgaste y averías es el sistema de are acondicionado del vehículo, un compañero imprescindible en los trayectos para luchar contra el calor.
La avería más habitual del sistema de climatización o aire acondicionado es sufrir una fuga a lo largo del circuito. Se sospechará de un fallo de este tipo cuando se note que el aire, aunque enchufado, no tiene potencia o no enfría. Esto quiere decir que en algún punto el sistema está perdiendo gas refrigerante y que, tras reparar la rotura, será necesario recargar este gas.
Un mal uso del aire acondicionado o utilizarlo sin haber revisado su estado puede desembocar en una avería en el compresor del aire, lo que puede llegar a costar una reparación de entre 600 y 800 euros. Se puede intuir el desgaste o el mal funcionamiento del compresor con facilidad ya que el aire acondicionado directamente se parará o funcionará a trompicones.
El aire acondicionado es, por otro lado, uno de los sistemas que funcionan gracias al circuito eléctrico y electrónico del coche. Si este falla o no hace una buena conexión, el climatizador no se encenderá o no funcionará correctamente. Este fallo no tiene nada que ver con el compresor y es mejor acudir a un profesional a repararlo, ya que el coste de la reparación dependerá de la gravedad de la avería.
Y, por último, un filtro del climatizador sucio o deteriorado también interferirá en su funcionamiento, que se notará por una falta de potencia. Igualmente, si se notan malos olores, lo mejor será sustituir el filtro.
La batería es la pieza del coche que más sufre debido al calor. Este elemento suele ser bastante delicado, en cualquier tipo de vehículos, y el calor puede provocar que los elementos químicos de su interior reaccionen, por lo que se acaban averiando.
El corazón del vehículo, el motor, también se puede ver seriamente afectado por el calor del verano. En concreto, es el sistema de refrigeración el que hace un mayor esfuerzo por compensar el calor para que el motor pueda funcionar correctamente.
Por último, los manguitos y las ruedas, debido a su material de fabricación, pueden acabar rajándose o partiéndose, por el calor, ya que la goma tiende a resecarse. Habrá que adaptar correctamente la presión de los neumáticos para que no se recalienten, además.
Para reducir el riesgo de averías, accidentes y llamadas a la asistencia en carretera, lo mejor será revisar correctamente todos los elementos del vehículo antes de salir de viaje en verano y asegurarse de que todo está en correcto estado. Por eso, es importante tener la ITV en orden y, si no es así, pedir cita previa ITV en las estaciones de Red Itevelesa. La revisión del aire acondicionado será clave para combatir el calor: los expertos recomiendan sustituir los filtros cada 15.000 kilómetros.